La consultora inmobiliaria CBRE ha publicado un estudio sobre las claves que definirán el comercio de aquí a 2030. Veamos cuáles son esas tendencias.
El placemaking: Los hábitos sociales se enfocarán más en el acceso a los bienes y menos en la posesión. Las ciudades, además, se peatonalizarán, reduciendo la prioridad de los vehículos. En el futuro la peatonalización emergerá como un elemento clave en este proceso, y también en el “placemaking” de las grandes áreas urbanas, mezclando mejor los diferentes usos inmobiliarios. La incorporación de jardines y plazas, y la creación de entornos más acogedores serán algunos de los principios a tener en cuenta. El centro de la ciudad también será más atractivo. Tendrá más zonas peatonales y aumentará la programación de mercadillos, festivales urbanos, etc. Crecerá la presencia de ocio en la oferta
comercial del centro de la ciudad.
Logística ultracorta: La cadena de suministro se adaptará a los plazos de entrega ultracortos. A la hora de elegir la ubicación de la producción y de la logística se tendrá que tener en cuenta los plazos de entrega, debido al deseo de los consumidores de obtener inmediatamente el producto. Los cambios en la demanda, junto con las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, van a provocar que varios procesos de manufactura vuelvan a sus países de origen. Además, crecerá la producción a través de la impresión en 3D y 4D, lo que impulsará la producción local y servirá de almacén invisible.
Omnicanalidad intensa: Los clientes empujarán a los retailers a una omnicanalidad cada vez más intensa. La norma será “compra lo que quieras, cómo y cuándo quieras”. Esto provocará una interacción mucho más intensa entre la logística y el retail. La tienda física seguirá jugando un papel importante en la comunicación de la marca y en interactuar con el cliente. Los pure players se omnicanalizarán, añadiendo tiendas físicas a su canal online. Su capacidad para analizar datos ayudará a mejorar las ventas en las tiendas físicas.
Proyectos de uso mixto: Los centros comerciales serán comunidades de uso mixto e incluirán todos los elementos para la vida cotidiana, mezclando oficinas, retail y residencial. Dejarán de limitar su oferta únicamente al comercio y ocio e incluirán nuevos servicios como oferta educativa, espacios de co-working, zonas de click & collect e, incluso, servicios de sanidad. Los centros comerciales al aire libre ganarán en popularidad porque
funcionan mejor como punto de encuentro.
Intensificación del Malltainment: Se diluirán las fronteras entre el comercio y el ocio, gracias a las experiencias de compra de las tiendas. Debido a las ventas online y al auge de las flagships se necesitarán menos tiendas para cubrir un mercado. A la vez, los consumidores serán mucho más exigentes y buscarán experiencias mucho más personalizadas.
Automatización del trabajo en el retail: La tecnología digital rediseñará las tiendas físicas, no solo para mejorar la experiencia de compra, sino también para reducir costes. Ya se están probando robots en el mundo retail para la automatización de procesos y, a medida que se vaya abaratando su coste, la implementación de estos será cada vez más común. Las tareas que desaparecerán con más probabilidad serán las más rutinarias, repetitivas y con poca flexibilidad en su ejecución. Gracias a la automatización del trabajo en retail, la experiencia de compra será más fluida para el consumidor. Los clientes podrán entrar, comprar y salir de una tienda sin esperas en el mostrador.
El Big Data y el Data Analytics: profundizarán en el poder de la predicción. Los retailers centrarán sus análisis en entender las emociones de los clientes.
Simplificarán las devoluciones: Los retailers crearán soluciones más predefinidas para las devoluciones, incluyendo la fijación de fechas y ubicaciones para ello. Los coches autónomos recogerán los productos a devolver en las casas de las personas o en drop-off points. Las empresas logísticas usarán los datos para ser cada vez más eficaces en su trabajo, lo que hará más eficientes los procesos de entrega y devolución.
Lo artesanal y auténtico: será un nuevo segmento de comercio.
El público está cada vez más interesado en productos artesanales, marcas locales y productos “auténticos”. Muchos retailers y empresas de private-equity están invirtiendo en startups especializadas, en lo que se prevé como la futura tendencia del retail. A causa del incremento en la demanda de vivir experiencias auténticas, aumentará el número de negocios independientes. Además, las cadenas de comercio desarrollarán conceptos y marcas con apariencia independiente para captar este mercado.
La belleza y la salud: serán sectores con mucho impulso. Gracias al fenómeno Instagram y el afán de mostrarse continuamente, los negocios de belleza y cirugía estética, enfocados en mejorar el aspecto físico, no pararán de crecer. Este sector, además, se verá impulsado por el desarrollo tecnológico en la medicina y las posibilidades que ofrece la realidad aumentada a través de demostraciones digitales apoyados en realidad aumentada. La creciente preocupación por la salud y el aspecto físico también hará crecer los servicios wellness y las tiendas de alimentación ecológica. En ambos segmentos habrá más variedad y especialización en cuanto a oferta.
Gasolineras centros comerciales de conveniencia: El enfoque de las gasolineras cambiará hacia minihubs logísticos. Las gasolineras centrarán sus servicios en los coches eléctricos sin plazas de garaje, de donde provendrá gran parte de la demanda. Incorporarán más oferta de comercio y ocio debido a los tiempos de espera de la recarga eléctrica. Gracias a su ubicación, las gasolineras se convertirán en sitios de minidistribución e incluirán diferentes opciones de click & collect.
Curation (ceñir la oferta al cliente será una expectativa básica: El deseo de las personas de expresar su personalidad e individualidad crecerá. Personalizar el producto/servicio será necesario para mantener la lealtad del cliente. La tecnología ayudará a individualizar la oferta. Los retailers se centrarán en entender las emociones de los clientes, lo que marcará la diferencia en el futuro.
Vivir experiencias VS adquirir bienes: Posiblemente la sociedad ha llegado al pico más alto
en cuanto a consumo material. En el futuro, la gente dedicará más dinero a vivir experiencias y menos a adquirir bienes, lo que aumentará la competencia para llevarse el dinero del público. El aumento de la competencia causará que la franja intermedia, entre el low-cost y el lujo, se reduzca. La gente tenderá a enfocar sus compras en el corto plazo (productos baratos) o el largo plazo (productos de calidad).
Fuente: Tomado de Food Retail