En todos los grandes urbes del mundo era normal convivir con multitud de personas, carros, bicicletas y motos todo a un ritmo frenético. Y así había toda una base instalada de tiendas, bares, restaurantes, estacionamientos, gimnasios y centros comerciales en las cercanías de estos lugares.
El escenario actual no es el mejor. Con la mayoría de las empresas aún en sus oficinas centrales, lo que ves son calles y todo el comercio de la región compitiendo por conquistar a los escasos clientes. Y así es en todas las ciudades importantes del mundo que tienen una concentración de torres de oficinas.
Quizás el ejemplo más emblemático sea el de Nueva York. Conocida como la capital del mundo y la ciudad que nunca duerme, aún mantiene las reglas de la distancia social, a pesar de haber abierto ya la apertura de la mayoría de establecimientos y oficinas. Sin embargo, el mes pasado, solo el 18% de los 1,2 millones de trabajadores de oficina de la ciudad había regresado.
La isla de Manhattan, alguna vez abarrotada de turistas y ejecutivos, tiene un ritmo atípico, sin atascos, y con aceras vacías, estaciones de metro muy tranquilas, muchos restaurantes aún cerrados. El bullicio de la vida nocturna, siempre efervescente, está en el aire, al igual que los teatros de Broadway (que aún no han reabierto). Y, como consecuencia, el comercio sufre por la falta de consumidores. Según el sitio web de Bloomberg, la pandemia ya ha provocado casi 6.000 cierres de empresas en la ciudad y un aumento de alrededor del 40% en las solicitudes de reorganización judicial.
En Colombia se calcula que 27.000 establecimientos comerciales entre restaurantes y bares han cerrado. Nadie duda de que el dinamismo y la energía volverán a las principales ciudades del mundo. Pero estas ciudades ciertamente cambiarán su dinámica. La naturaleza del trabajo ha cambiado.
La urgencia de la pandemia sacó de la inercia a muchas empresas que han implementado el teletrabajo o trabajo remoto. La expectativa es que entre el 30% y el 40% de los empleados que están en casa hoy continúen trabajando a distancia después de la pandemia.
En el exterior, gigantes tecnológicos como Google y Facebook y Twitter ya han anunciado que extenderán el trabajo remoto hasta mediados de julio de 2021, con la posibilidad de adoptarlo de forma permanente.
Con esta lógica imperante, la tendencia es que las familias con niños se trasladen a barrios más alejados o ciudades del interior en busca de más espacio, menores costos de vivienda y mayor calidad de vida. Sin embargo, este éxodo puede ser compensado por jóvenes profesionales, que pueden privilegiar la amplia infraestructura de los grandes centros y un mayor acceso al ocio, entretenimiento y red.
Las horas perdidas camino a la oficina se convirtieron en tiempo extra para dedicarlo a la familia. Y, en consecuencia, esto cambia tu viaje por la ciudad. El café después del almuerzo se hará ahora en un establecimiento vecino (o en casa).
Tampoco tiene más sentido comprar los víveres de la semana en esa gran cadena de supermercados que iba camino al trabajo, ni ir al centro comercial lejos del centro. El espacio habitable ha disminuido. Al evitar el transporte público, o incluso los Uber, quienes no tenían que trabajar en el exterior y no tenían vehículo propio vieron reducidas sus opciones para salir de casa al barrio donde viven.
En vista de esta tendencia, es necesario considerar una nueva geografía. Al preparar sus nuevos planes de expansión, el primer consejo es dejar de lado las estadísticas y datos prepandémicos. Todos estaban desactualizados. El barrio "bueno" para expandir ahora puede ser "regular" o "malo" y viceversa.
Además, más que nunca, es necesario considerar un nuevo elemento: la competencia digital. Ya no se trata de analizar qué competidor se establece en el barrio. En el caso de las farmacias, tiendas de mascotas, supermercados y restaurantes, es fundamental analizar qué comercios entregan por aplicaciones de delivery en la localidad, incluidos establecimientos físicos, del tipo Dark Store y Dark Kitchens. Sí, ahora son grandes competidores.
En cuanto a los demás segmentos, es necesario ampliar el rango de análisis, ya que antes la medición se hacía por la distancia física que recorría un peatón o un automóvil y hasta la tienda / propiedad; ahora, toda la web está a un clic de distancia.
Las grandes empresas de comercio electrónico, como Mercado Libre, ya realizan entregas el mismo día de determinados artículos. El servicio de entrega en el mismo día, que ya está muy extendido en Estados Unidos, comienza a cobrar fuerza en Latinoamérica. Pueden hacer esto a través de tiendas centrales o Dark Store ubicadas estratégicamente cerca de los grandes centros de consumo. Otro gigante, Mercado Libre, ya cuenta con un abanico muy amplio de artículos que ofrece la entrega al día siguiente a través del servicio completo, prometiendo entregas en 24 horas, incluso los fines de semana.
Ante tantos cambios, un profesional de la expansión necesita hoy, ante todo, ser un analista de datos. Si antes planificar la expansión de tiendas físicas era una tarea inmobiliaria, ahora el análisis debe incluir estudios sobre los hábitos del omniconsumidor pospandémico. Saber dónde y cómo compra este consumidor es fundamental para la asertividad de la elección y apertura de la próxima sucursal de su red. O tal vez, una Dark Store y Dark Kitchens ¡Bienvenido a Omnicanalidad¡
Fuente Marcos Hirai. Mercado & Consumo.