Como ha sido tradición en los últimos años, Mall & Retail hace un balance de los aspectos que marcaron el devenir de la industria de centros comerciales y retail en nuestro país. El primer hecho tiene que ver con la injerencia en el desempeño económico que tuvo el Covid-19
Nunca antes en la historia de nuestro país, habíamos vivido un clima de tanta incertidumbre en materia económica. En un abrir y cerrar de ojos, la pandemia del Covid-19 derrumbó esa sensación de crecimiento y de optimismo con que cerramos el 2019.
En efecto el año pasado en materia económica, dejo un crecimiento del PIB de un 3,3% el mejor de los últimos 5 años, y el PIB comercial aumentó el 5,2% el mejor de los últimos 8 años. Esos resultados estuvieron impulsados por el gasto de los hogares que creció un 4,6%, unas ventas minoristas del 6,5% con una inflación controlada, unas bajas tasas de interés, mejores precios para los principales productos de exportación, en especial el petróleo y el comportamiento de la inversión.
Sin embargo, todo cambio este 20 de marzo, cuando la alcaldesa Claudia López decreto la cuarentena pedagógica, que el gobierno nacional aprobó como obligatoria, medidas que buena parte del mundo estaba adoptando. El sistema económico del planeta, hiperconectado, globalizado y basado en la apertura económica, se congeló por esas cuarentenas estrictas, mientras cada uno de los países cerraba sus fronteras, enviaba a sus empleados a trabajar desde su hogar, cerraba las instituciones educativas y solo dejaba salir a las calles a los llamados trabajadores esenciales. La cuarentena, generada por la pandemia del nuevo Coronavirus y que se esperaba fuera de apenas unos días, duró varios meses.
La paralización de las actividades económicas y de la cotidianidad hizo que muchas personas aseguraran que se estaba viviendo una “economía de guerra”, generando la peor crisis económica de nuestra generación. Nadie se escapa de esto. El 90% de los países del mundo están teniendo crecimiento negativo. Las proyecciones para América Latina no son las mejores, pues se ha convertido en la región más golpeada del mundo por la pandemia, de acuerdo con las proyecciones del Banco Mundial la actividad económica regional sufrirá una contracción del 7,9% lo que constituirá una recesión mucho más profunda que las causadas por la crisis financiera mundial de 2008-09 y la crisis de la deuda latinoamericana de la década de 1980.
Para Rafael España Director Económico de Fenalco, en el reciente foro de centros comerciales “Insight by Cenco” planteaba que la economía colombiana tendría una caída en el presente año del 7,5% y un crecimiento del 2021 del 5,3%. Su recuperación seria de forma de logo de Nike, es decir una caída abrupta con recuperación lenta lo cual va a significar tres años de perdidas, para volver a la senda de crecimiento del 2019, que en lo mejor de los casos se produciría en el 2022.
Caso aparte es el tema del desempleo para Fedesarrollo, que la tasa de desempleo para finales de 2020, va a ser de 16,6%, lo cual determina que persistan cerca 2 millones de empleos destruido. Con la pérdida de empleo se disminuye la capacidad de compra de las familias y por consiguiente una menor demanda y eso contrae a las economías.
Actualmente se están discutiendo dos temas que sin duda marcaran la política para atacar el desempleo. El primero, tiene que ver con el incremento del salario mínimo para lo cual algunos expertos plantean apostarle a propuestas como la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (Ocde) que viene sugiriendo desde hace tiempo que el salario mínimo se ajuste sólo por la inflación. El segundo ingrediente especial del momento es la discusión en el Congreso de un proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral en Colombia a 40 horas, sin la posibilidad de ajustar los salarios. Múltiples expertos que han explicado, con detalle y rigor, la inconveniencia de esta propuesta, especialmente en la frágil coyuntura actual.
Esperamos que tanto los órganos ejecutivos como legislativos sean cuidadosos y sensatos en aprobar estos temas. La combinación de un aumento excesivo en el salario mínimo, junto con la posible reducción de la jornada laboral, puede ser la estocada final para la anhelada recuperación económica del 2021.
Fuente: Leopoldo Vargas Brand- Gerente Mall & Retail.