La tradicional bitácora económica de Fenalco del mes de diciembre, tiene una noticia “bomba” con relación al desplazamiento del consumo de los hogares de la ciudad capital a sus municipios aledaños.
Aquí el análisis del director económico de Fenalco Rafael España:
Las ventas del comercio moderno en el presente año, afortunadamente ya alcanzaron los mismos niveles de 2019, en términos reales. Por ejemplo, las ventas en el periodo enero-septiembre de 2021 fueron superiores en un 8.6% frente a las de igual periodo de 2019 y se situó 19.7% por encima del registro de 2020.
Por regiones el liderazgo absoluto lo tiene el departamento de Cundinamarca por un fenómeno bien interesante de desplazamiento de familias bogotanas a municipios cercanos a la capital.
Poblaciones cono Cajicá, La Calera, Guasca, Tabio, Madrid, Subachoque, Chía, Sesquilé, Sopó y Tocancipá entre otras, se han vuelto lugar de residencia de muchas familias, que ante la “nueva normalidad” y ante lo relativamente costoso que significa vivir en Bogotá, han optado por migrar hacia allí.
El retail ha respondido con gran agilidad a estos cambios demográficos abriendo tiendas y centros comerciales en estos municipios. En contraste, en el Valle del Cauca en este año las ventas no han tenido el mismo dinamismo que en el resto del país, por razones ampliamente conocidas: en este Departamento, particularmente en Cali, los bloqueos y protestas en los meses de abril, mayo y junio fueron particularmente violentos.
Aunque el DANE no desglosa información de la encuesta de comercio para Cúcuta y su área de influencia, los reportes de los comerciantes de Norte de Santander son muy positivos.
En octubre, noviembre y diciembre las ventas en “la perla del Oriente” bien pueden calificarse de espectaculares, por la afluencia de compradores venezolanos, luego de la apertura parcial de los pasos fronterizos. Tanto, que ha obligado a los proveedores del interior a aumentar notoriamente el volumen de mercancías con destino a esa región.
Esto ratifica lo dicho por un estudio presentado por el área de investigaciones del BBVA, donde identifica con los nuevos patrones de consumo postcuarentena en nuestro país.
Una de las conclusiones de dicho estudio Bogotá está perdiendo importancia como epicentro de la actividad económica. La gran capital ya no es el foco.
Antes, todo mundo corría para el centro del país en busca de oportunidades. Con la potencialización de la era digital, más la posibilidad que tuvieron miles de personas, de ir a pasar las cuarentenas en sitios cercanos a los lugares habituales de residencia, les dieron un cambio de perspectiva.
“La masa salarial disminuyó 2 puntos porcentuales. Se está descentralizando el gasto. Los pueblos están emergiendo, indicaron los investigadores.
La capital de Colombia, a pesar de no aparecer en el Top 10 de las ciudades más costosas del mundo, continúa siendo una de las más caras para vivir en América Latina y desde hace varios años es percibida como un lujo para comprar apartamento o casa; incluso los municipios con los que limita continúan siendo una mejor opción para quienes desean conseguir una vivienda más económica.
Fuente: Mall & Retail.