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LAS GRANDES MARCAS DEL RETAIL QUE SE HAN VISTO "CONTRA LAS CUERDAS" POR LíOS LEGALES

En las últimas semanas se conoció el caso de Walter Gutiérrez, un ciudadano peruano que se volvió mundialmente famoso por haber sido demandado por la marca Louis Vuitton, una de las casas de moda más prestigiosas, supuestamente porque fue visto transportando indumentaria falsificada.

Gutiérrez, quien se desempeña como doctor en administración y licenciado en ciencias militares, jamás pensó estar bajo la lupa mediática internacional por inmiscuirse en un pleito legal con una de las franquicias con mayor tradición en el industria textil.

 

El pasado 10 de noviembre de 2020, y tras llegar a Lima, Perú, de sus vacaciones en Nueva York, las autoridades migratorias lo detuvieron luego de que lo acusaran de haber adquirido artículos de LV falsificados.

 

Según reportaron los agentes de la Aduana, fueron retenidos tres pares de zapatillas de mujer, unas sandalias y un par de tenis masculinos. 

Ahora bien, pese a que Gutiérrez compró los productos en una tienda oficial, sus pruebas no fueron suficientes para que el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), no tomara acciones legales en su contra.

 

Ante el hecho, fue multado en primera instancia por Indecopi por las acusaciones y un juez le ordenó pagar 18.400 soles (24 millones de pesos) más costos administrativos por vulnerar los derechos de propiedad intelectual de LV.

 

Sin embargo, en el recurso de apelación interpuesto por el equipo de abogados de Gutiérrez, logró demostrar ante el ente regulador su historial de compras en la sucursal de Louis Vuitton de la icónica Quinta Avenida de Nueva York.

La casa de moda presentó una contrademanda y, lejos de disculparse por los daños ocasionados a uno de sus clientes, está dispuesta a ir más lejos y buscan que indemnice a la marca por el error.

 

En conversación con un medio local, Walter mencionó que sintió ser víctima humillación moral. Además, manifestó que la marca ha bajado tanto la calidad, que "ni ellos saben diferenciar productos auténticos de una réplica".

 

“Louis Vuitton no puede excusarse en que tuvieron una confusión por fallas de ellos al momento de manufacturar y confeccionar los productos, porque aunque tengan ‘fallitas’ en las flores u otros signos de la marca, perfectamente pudieron verificar si el producto, aunque sea fallado, era de ellos o no, en vez de imputarme como falsificador y comercializador de productos ‘bambas’”, expresó.

El proceso sigue su curso y ahora el demandado busca ser reparado por los daños a su imagen provocados por la querella. 

 

Ante este caso, han salido otros que se han vuelto mundialmente famosos por haber cometido errores en sus procesos legales contra usuarios.

 

Zara

 

Amber Katori, una diseñadora de modas de Darlington, Inglaterra, acaparó la atención de los medios internacionales, luego de haberle ganado una demanda a la marca Zara por una disputa sobre los derechos de marca registrada. Según mencionó la BBC, la modista se representó a sí misma ante el tribunal.

Los jueces dictaminaron que cualquier similitud entre la boutique de Katori y la multinacional es “efímera y demasiado insustancial” como para interponer un recurso jurídico en el que se tenga que indemnizar a Zara.

 

La marca tiene más de siete mil tiendas alrededor del mundo.

 

Red Bull “no da alas”

 

Red Bull se convirtió en el icono de las bebidas energizantes desde los años 90, cuando lanzó al mercado su eslogan ‘Red Bull te da alas’. Para ese entonces, emitió una serie de anuncios televisivos y radiales que le valieron para posicionarse a nivel mundial como el mayor vendedor de este tipo de productos; para 2017 ya vendía cerca de 5 mil millones de latas.

En 2014, un cliente fiel a la marca inició uno de los casos jurídicos más insólitos que hayan llegado a los estrados: demandó a la franquicia porque la bebida no daba la capacidad de volar y, por ende, estaban mintiendo a sus usuarios sobre los beneficios que tanto promulgaban en sus comerciales.

 

Para Benjamin Careathers, demandante del caso,  Red Bull era un conjunto de promesas falsas sin apoyo científico sobre la supuesta capacidad de aumentar la energía de las personas. Además, Careathers había encontrado que Red Bull tenía menos cafeína que una taza de café, y sentía que había motivos suficientes para una demanda.

 

A la querella se sumó otro grupo de clientes y se creó una demanda colectiva. El caso se resolvió fuera de la corte y la empresa decidió devolverle 10 dólares a cualquier cliente estadounidense que compró la bebida desde el 2002, o 15 dólares en productos de Red Bull, y acordando enmendar la futura publicidad.

 

Fuente: El Tiempo