Las ventas en las tiendas de barrios en Colombia han experimentado un notable retroceso este año, reflejando la difícil situación económica que enfrenta el país. Un reciente sondeo realizado por Fenaltiendas de Fenalco, reveló que el 81% de los tenderos reportan ventas estancadas o en descenso, lo que supone un desafío significativo para estos microempresarios.
Además, la implementación del impuesto a ultraprocesados y bebidas azucaradas ha agravado la situación, afectando directamente las ventas de productos clave en las tiendas de barrio. Esta coyuntura desfavorable no ha impedido que los tenderos celebraran el Día Nacional del Tendero el pasado 25 de agosto, como un reconocimiento a su arduo trabajo. Crisis en tiendas de barrio por impuestos y baja en ventas.Impacto del impuesto a ultraprocesados.
Las tiendas de barrio, que históricamente han sido un pilar fundamental en la economía local y una fuente de empleo para más de 1.1 millones de personas en Colombia, están enfrentando uno de sus peores momentos.
Según los datos proporcionados por Fenaltiendas, el 60% de los tenderos asegura que el impuesto a ultraprocesados y bebidas azucaradas ha impactado negativamente en sus ventas.
Además, el 58.9% de ellos no ha logrado encontrar alternativas que puedan sustituir los productos gravados, lo que ha dejado a muchos sin opciones para mantener sus ingresos.
Este impuesto, que se ha implementado de manera escalonada desde noviembre del año pasado, ha llevado a un aumento significativo en los precios de productos como chocolatinas, gaseosas y salchichas, afectando a los hogares de menores ingresos y a las finanzas de los tenderos.
Mientras la inflación de los alimentos ha sido del 5.26% en los últimos doce meses, los precios de los ultraprocesados han aumentado mucho más, lo que ha erosionado el poder adquisitivo de los consumidores y ha dificultado aún más la situación para las tiendas de barrio.
Estadísticas alarmantes para el sector
En Colombia, operan cerca de 450.000 tiendas de barrio, que representan entre el 42% y el 46% de las compras básicas de los colombianos.
Sin embargo, a pesar de su relevancia, este canal de distribución está siendo fuertemente golpeado por la inseguridad y los nuevos tributos.
Además de las dificultades económicas, los tenderos han tenido que lidiar con un aumento en las extorsiones y atracos, lo que ha empeorado aún más sus ya precarias finanzas.
No obstante, no todo es negativo para los tenderos. La llegada de formatos de descuento y el apoyo de proveedores han permitido que muchos se adapten a este entorno desafiante, implementando herramientas tecnológicas que mejoran su conocimiento del cliente y la gestión del negocio.
Aunque la situación sigue siendo complicada, estos esfuerzos de adaptación podrían ser clave para la supervivencia y evolución de las tiendas de barrio en el futuro próximo.
Fuente: Pluralidad Z