Durante la época de Navidad, en Australia se comen buñuelos 100% colombianos. En grupos de Facebook y tiendas latinas se ofrecen listos para hornear y en muchos casos se agotan desde noviembre. Lo que los hace tan especiales es que son hechos en Bogotá y exportados congelados y empacados al vacío.
La empresa Pan pa’ ya lleva décadas enviando buñuelos, pan de bonos, pan de yucas y otras preparaciones típicas colombianas a países como Estados Unidos, Canadá, España e Inglaterra. Hoy las exportaciones representan el 6% de las ventas totales de la que se ha consolidado como la mayor cadena de panaderías del país.
“Cuando tuvimos la idea, hacia el año 2003, parecía que estábamos soñando con una especie de ‘mundo al revés’, porque sonaba imposible que la gente pagara por el pan colombiano”, recuerda en conversación con Forbes Pedro Felipe Estrada, cofundador de la compañía. Por eso, con el éxito de la iniciativa, dice que está viviendo su sueño.
Siempre tuvo claro que quería ser empresario. Para lograrlo, en 1986, cuando tenía 29 años, convocó a un grupo de amigos para proponerles hacer un ahorro conjunto que luego usarían para emprender. Ahorraron mensualmente por tres años, hasta que la oportunidad les llegó en 1989, cuando un primo suyo le vendió la panadería de barrio que tenía en Pasadena, al norte de Bogotá.
“El local tenía 45 metros cuadrados y cuatro empleados”, recuerda Estrada, “pero desde el día uno la empezamos a operar con el propósito de que llegara a ser una cadena. Soy un convencido de que una visión de futuro puesta en práctica puede cambiar el mundo y a eso le apostamos”, agrega. Hoy ese primer local se mantiene como una de las 46 sedes de Pan pa’ ya en todo el país.
Lo que pocos saben es que la cadena hace parte de un grupo empresarial que componen otras cuatro empresas que emplean a 1.200 personas en el país. Estas son: Multipan Colombia, que se dedica a la fabricación y venta de pan congelado; Multicarrier, de logística y transporte de congelados y con una base de más de 100 domiciliarios; ‘Rico más pan’, una cadena de panaderías que crece en Cundinamarca con seis sedes en Zipaquirá; y Pan pa’ ya, que opera como dos empresas individuales en Colombia y Estados Unidos.
En ese último país cuentan con tres sedes, en las ciudades de Weston, Doral y Pembroke Pines, todas del Estado de La Florida.
“Le estamos apostando a la apertura de nuestro cuarto local y al fortalecimiento de ese mercado”, detalla Estrada. Aunque desde 2018 no hace parte de la operación de la empresa, lidera lo que tiene que ver con la planeación estratégica y divide el futuro de Pan pa’ ya en dos grandes prioridades: la consolidación en Estados Unidos, y la modernización del negocio en Colombia.
“Empezamos a trabajar en una alianza con la marca de café Coocentral, del Huila, con la que esperamos abrir un piloto de cafetería conjunta que nos ayudará a mejorar nuestra oferta de café y empezar a conquistar a los consumidores que buscan espacios para tardear y trabajar. Aunque hemos vendido café desde nuestro origen, queremos que el consumidor nos identifique como un lugar para tomarse uno de muy buena calidad, al tiempo que trabaja o simplemente se distrae”.
Lo que cambió el negocio.
En el 2000, cuando Pan pa’ ya completaba 15 puntos de venta en el país el modelo de negocio estaba basado en tener fábricas de pan en cada local. Sin embargo, en panadería se dice que, incluso siguiendo la misma receta, el clima, los ingredientes y hasta el panadero influyen en el producto final. Eso les impedía estandarizar su producto, que había ganado terreno bajo la promesa de “innovar en lo simple”.
Ese mismo año Pedro Felipe y sus socios viajaron a sus primeras ferias internacionales de la industria, en Las Vegas (EE. UU.) y París (Francia) y allí descubrieron la tecnología de ultracongelación, que para entonces era bastante popular especialmente en Europa. “Esa tecnología cambió el negocio para siempre”.
Ese año fundaron la primera fábrica de ultracongelación en Colombia, que luego le dio origen a su empresa Multipan. Inicialmente se encargaba de unificar la producción de Pan pa’ ya en Bogotá, pero se convirtió en el proveedor de pan sin marca para supermercados, cafeterías y hasta gigantes como Grupo Éxito.
Esa misma tecnología fue la que después les permitió dar el salto hacia Estados Unidos, con productos idénticos a los que se consumen en cualquier punto de venta del país. “Nuestro pan trenza de queso, por ejemplo, viaja a Londres y ha ganado popularidad. Estamos exportando al año unos 20 contenedores, de los cuales 10 se destinan al mercado norteamericano”, puntualiza el directivo.
Los momentos difíciles.
Aunque el crecimiento es evidente, mientras avanzan trabajan por recuperarse de los que consideran los peores años en la historia de la compañía: la pandemia.
En 2020, por cuenta de la expansión del Covid-19, la cadena tuvo que cerrar temporalmente el 100% de sus puntos de venta y se mantuvo a flote gracias a su red de domiciliarios propios. Para sobrevivir también se acogieron a los subsidios ofrecidos por el gobierno para apoyar a los empresarios, renegociaron el valor de los arriendos en la mayoría de sus locales y cerraron de manera permanente al menos 10 de ellos en todo el país porque no eran rentables.
A esto se sumó la pérdida de una millonaria inversión que la compañía había realizado en el marco de una alianza con la desaparecida cadena de supermercados La 14. “Queríamos crecer en el occidente del país y nos parecía una gran opción hacerlo de la mano de esa cadena, que era la más importante para esa región”, dice. El negocio incluía la compra de 15 locales ubicados al interior de los almacenes de La 14, en los que Pan pa’ ya instalaría sus cafeterías. El piloto se hizo en el punto del Centro Comercial Calima, en Bogotá y fue exitoso. Sin embargo, con la llegada de la pandemia esa cadena de supermercados también tuvo problemas financieros que la terminaron llevando a la quiebra. “Perdimos 15 puntos de venta, una inversión millonaria y la oportunidad de fortalecernos en la región”.
Durante la pandemia las ventas de Pan pa’ ya cayeron alrededor del 40%, pero para 2023 la facturación alcanzó los 96.000 millones, un crecimiento del 11,5% frente al 2022, por lo que el directivo dice que ya están recuperados.
La mayor lección que estos momentos le dejan, finaliza Estrada, es que los resultados rápidos no se consiguen en el mundo del emprendimiento. “El que quiera eso tiene que quedarse en su trabajo fijo, que le da estabilidad y un sueldo cada mes”, dice. Como empresario ha aprendido que la crisis hace parte del “placer que da servir”.
De acuerdo con el Mapa Nacional del Retail Pan Pa Ya tuvo unas ventas en 2023 de $ 96.107 millones, con un crecimiento del 14,8%, ocupando la cuarta posición en la categoría comida pequeña (helados, donuts, pastelería, panadería, batidos, empanadas). En el que el líder es Popsy, seguido de Dunkin y el tercer lugar es para Hornitos.
Fuente: Forbes Colombia.