Mall & Retail

Home
>
Actualidad
LA MODA COLOMBIANA Y SUS OPORTUNIDADES CON LA GUERRA COMERCIAL EEUU - CHINA

La industria textil en Colombia es uno de los sectores que puede encontrar oportunidades más claras para crecer, en medio de la guerra comercial de EE. UU. y su pulso con China. Sin embargo, este no es un escenario fácil. ¿Cómo luce este renglón ante la tormenta de aranceles de Donald Trump?

Intentar proyectar lo que va a pasar con los aranceles de Donald Trump es algo que oscila entre la imprudencia y la imposibilidad. En este punto, mucho más allá de la teoría económica o los datos, lo que prima sobre el tablero son los impulsos, los egos y un fuerte tufo a hombría de patio escolar.

 

Esta semana, en medio de una histeria generalizada en los mercados, que le pegó no solo a los resultados de bolsa, sino también a los bonos de EE. UU., el presidente Trump decidió poner una pausa de 90 días para los aranceles recíprocos que había aplicado sobre más de 50 países pocas horas antes.

 

Lo que sí se mantiene es una tasa global del 10 % y una guerra comercial con China en la que aumentan astronómicamente, de lado y lado, los porcentajes de las restricciones comerciales.

 

En este escenario, hay sectores en Colombia que pueden salir ganando y otros tantos perdiendo.

En el lado positivo de la ecuación uno de los aspectos positivos es el renglón de confecciones y textiles, que lleva años peleando con otros pesos pesados, notablemente China, aunque también contra Vietnam, Bangladés y Camboya.

 

Lo que está en juego

 

Comencemos. Para que usted pueda vestirse hay detrás una industria gigante y el aporte de varios países. Uno tiene los insumos, otro aporta la mano de obra y las maquinarias, y otro más se encarga de comprarles a esos países y ubicar la ropa en los estantes y percheros para que el usuario elija qué ponerse.

 

Asia es uno de los principales exportadores y productores de moda del mundo. Las empresas del sector más importantes, como Nike, Adidas y H&M, tienen sus cadenas de suministro en países como China, Bangladés, India, Pakistán, Camboya y Vietnam. Cambiar de ubicación no es una opción inmediata por temas relacionados con la mano de obra y la maquinaria especializada.

Cuál es el papel que juega Estados Unidos para la industria de la moda mundial. La primera economía del mundo es, a su vez, el mayor importador de moda del planeta. En 2024, las importaciones del sector en ese país, que incluyen textiles, prendas de vestir y textiles para el hogar, alcanzaron un valor total de aproximadamente US$107.000 millones, lo que representa un incremento del 2,66 % en comparación con 2023 (US$104.000 millones), de acuerdo con cifras de Inexmoda.

 

Las dos potencias enfrentadas, China y Estados Unidos, abren oportunidades para países como Colombia, que tiene tanto para perder como para ganar en esta guerra comercial. Por un lado, los consumidores que adquieren productos de Estados Unidos pagarán un precio más alto, porque las marcas que tienen sus fábricas de producción en Asia tendrán que pagar por los aranceles, lo que se traduce en incrementos para el bolsillo de los consumidores. Los empresarios que importan materias primas para crear sus prendas también tendrán que pagar un mayor valor. 

Por el otro, China, al ser el principal competidor de textiles y confecciones de Colombia, convierte a la industria local, según Amcham, en una opción relevante para el mercado norteamericano.

 

Vale la pena recordar que, en 2021, Colombia implementó aranceles para las importaciones de prendas de vestir: del 40 % para textiles de US$10/kilo y del 15 % + US$1,5 para los textiles de más de US$15. Esto fue orquestado por la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCyA) e implementado durante la administración de Iván Duque, con el objetivo de frenar la llegada al país de prendas, en su mayoría de Asia y a muy bajo costo, así como promover la industria local. ¿Ha funcionado la medida? Ese ya es otro debate.

 

¿Cuáles serían las oportunidades para la industria textil?

 

La relación comercial con EE. UU. es fundamental para la industria de la moda colombiana al ser el principal socio. De acuerdo con cifras de Inexmoda, durante 2024 Colombia exportó US$223 millones en textiles y confecciones a Estados Unidos, a través de 333 tipos de partidas arancelarias a más de 1.000 clientes en este país, lo que significa que ese mercado representa el 31 % de las exportaciones de textiles colombianas (en especial de producto terminado). Además, es el principal lugar al que apuntan los empresarios de la industria textil.

Las decisiones arancelarias de Donald Trump muestran la fragilidad de la posición económica de Colombia frente a EE. UU. Sin embargo, hoy en día es mejor que la de China. "A medida que países asiáticos pierdan competitividad por los aranceles, Colombia puede posicionarse como proveedor confiable y eficiente dentro del marco del TLC", dice la Amcham.

 

Fashion Week Madrid (en el que ha participado Colombia)—, menciona que "el aumento del costo de las importaciones desde esos países podría motivar a los compradores estadounidenses a diversificar sus proveedores, creando una ventana de oportunidad para los productos colombianos, reconocidos por su calidad, cumplimiento de estándares y cercanía geográfica".

 

De acuerdo con Amcham, Colombia tiene una oportunidad para ganar participación en el mercado en categorías en las que ya tiene reconocimiento, como en ropa de control y fajas,jeans y ropa casual, deportiva y de playa, uniformes y ropa de trabajo. "Las marcas podrían trasladar producción ante el encarecimiento de proveedores asiáticos".

En una orilla menos optimista, Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Analdex, dice que, con el arancel general del 10 %, "no tenemos ventajas frente a orígenes de Asia, de cara a llegar al mercado estadounidense. Con México seguimos en desventaja. En términos de exportaciones colombianas de moda a EE. UU. nuestro foco debe ser atacar nichos de mercado, con productos que sobresalgan por su diseño y calidad".

 

Por su parte, Camilo Herrera, fundador de Raddar —firma que mide el consumo de los hogares colombianos—, enfatiza en que "no sabemos qué va a pasar". Menciona que tiene sentido que Estados Unidos esté subiendo los aranceles, pero que hacerlo como lo está haciendo es otra discusión. "Los aranceles funcionan si son estratégicos y temporales para proteger un sector específico". En cuanto a las oportunidades, dice que están, pero se pregunta si la industria tiene la capacidad de aprovecharlas. "Necesitamos trabajar como industria, no como empresas, para capturar la oportunidad".

 

Fuente: El Espectador.