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PRADA ADQUIERE VERSACE Y REDEFINE EL MAPA GLOBAL DEL LUJO

El universo del lujo acaba de vivir un giro trascendental. Con la reciente adquisición de Versace, Prada traza una nueva línea en el mapa de la moda, configurando una triangulación que emerge con fuerza frente a los gigantes tradicionales del sector. Hoy, el trío dominante del mercado de lujo está conformado por Prada, LVMH y Kering, tres colosos que marcan la pauta en una industria que desafía no solo los límites del estilo, sino también los de la economía global.

En términos económicos, la magnitud del movimiento es clara: la adquisición de Versace por parte de Prada se cerró en aproximadamente 1.250 millones de euros (1.375 millones de dólares). No se trata solo de un cambio de propiedad, sino de una jugada estratégica con un objetivo definido: consolidar el liderazgo italiano frente a los imperios franceses.

 

Este hito marca una nueva etapa en la que las casas italianas de lujo, reconocidas por su herencia y sofisticación, comienzan a ganar terreno en un mercado históricamente dominado por firmas francesas.

La unión de estas dos casas emblemáticas proyecta ingresos superiores a los 6.000 millones de euros, posicionando al grupo en una liga competitiva frente a titanes como LVMH, que en 2024 generó cerca de 85.000 millones de euros, o Kering, con ventas de 17.000 millones.

 

Con la incorporación de Versace a su portafolio, Prada busca fortalecer su presencia global, ampliando su oferta —desde alta costura hasta accesorios— mientras enfrenta un mercado cada vez más volátil y exigente.

 

El sector del lujo, aunque en movimiento, atraviesa tiempos inciertos. LVMH, liderado por Bernard Arnault, experimentó un crecimiento lento en 2024, con ganancias que aumentaron solo un 3% en el primer trimestre. A pesar de seguir siendo el jugador más fuerte, la ralentización del consumo, especialmente en Asia, ha afectado a marcas clave como Moet Hennessy y Louis Vuitton.

 

Kering tampoco escapó a estas tensiones, con una caída del 11,3% en sus ingresos en el primer trimestre de 2024, y una notable disminución en las ventas de Gucci.

La desaceleración de los mercados asiáticos, en particular la caída de la demanda de artículos de lujo en China, ha puesto a estos gigantes en una encrucijada. En este contexto, la consolidación de Prada y Versace aparece como un nuevo centro de poder en la industria.

 

El acuerdo con Capri Holdings —propietario de Versace desde 2018, cuando la compró por 1.830 millones de euros— refleja una clara recalibración del mercado. Prada demostró su capacidad para adquirir una marca icónica en un momento clave, aportando experiencia y recursos para revitalizar una firma que, para algunos, comenzaba a perder su esencia.

 

Fuente: Mall & Retail.